Un año
más, la clase obrera enfrenta el primero de mayo sin una organización propia
que luche por sus intereses y dominada ideológicamente por posturas que no son
las suyas. Distintas corrientes de pensamiento burgués pugnan por la hegemonía
ideológica entre el Pueblo Trabajador: socialdemócratas, nacionalistas,
post-modernistas, xenófobas, religiosas, racistas, fascistas, etc.
En
Euskal Herria, la Izquierda Abertzale Oficial ha consolidado el giro
posibilista, reformista e institucionalista que inició con el proceso Zutik Euskal Herria y continuó con ABIAN y que ahora toca implementarlo en
el sindicato LAB en su próximo congreso. Durante estos procesos, la IA oficial
ha ido perdiendo la potencialidad revolucionaria que había tenido. Así, su antiguo nacionalismo de izquierda, basado en la
confrontación y la lucha, social y nacional, ha ido dando paso a otro tipo de
nacionalismo bien distinto, un nacionalismo
reformista, basado en la colaboración y la conciliación y cuyos objetivos
se centran en la consecución de un Estado vasco, omitiendo conscientemente el
carácter socialista del mismo, anclado en las estructuras imperialistas
europeas.